Parasitosis intestinales
Su causa está relacionada a la falta de saneamiento básico e higiene.
Publicado en: 29 de septiembre de 2020  y atualizado en: 4 de noviembre de 2021
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Las parasitosis intestinales son infecciones causadas por “gusanos” (protozoarios y helmintos) que afectan al intestino delgado o grueso¹. Esta enfermedad es considerada un problema de salud pública porque está directamente relacionada con la falta de saneamiento básico y malos hábitos de higiene. Los principales síntomas asociados a las parasitosis intestinales son la diarrea, debilidad, dolor abdominal, náuseas y vómitos, anemia, pérdida de apetito, exceso de producción de gases y anorexia¹,². Su contaminación ocurre por el agua o por el consumo de alimentos contaminados.

Los helmintos (nematelmintos, de formato redondeado, o platelmintos, de formato achatado)¹ son ejemplificados por:

  • Ascaris, popularmente llamado lombriz, se aloja en el intestino y puede llegar al pulmón. En los casos más graves, ocurre la salida de gusanos por la boca o por la nariz y en el caso que el intestino sea obstruido, es necesario operar para la retirada de los gusanos³.
  • Anquilostomiasis entra en la piel de las personas y llega al intestino, pasando también por el pulmón. Además de causar irritación, él succiona la sangre por la pared del intestino, provocando diarrea y anemia³.
  • Enterobiasis u oxiuriasis, ocurre en la parte final del intestino, causando picazón anal³.
  • Teniasis (parásito tenia, el mayor que existe y llega a medir hasta 12 metros), se aloja en el intestino y puede ocasionar un cuadro llamado Neurocisticercosis (cuando los cisticercos de la tenia llegan al cerebro), provocando epilepsia incluso en personas que nunca la tuvieron antes. El consumo de carne de cerdo mal cocinada es capaz de transmitir este parásito³.

Ejemplos de protozoarios son:

  • Amebiasis, un parásito que se aloja en el intestino grueso y provoca diarrea. En casos graves, es acompañada de sangre³.
  • Giardiasis, ocurre en el intestino delgado, donde se juntan y cubren toda la pared del intestino, impidiendo la absorción de los alimentos. Provoca diarrea, pérdida de peso y anemia³.

El tratamiento es realizado caso a caso y el medicamento a ser utilizado depende de la edad del niño y del tipo de parasitosis intestinal. En algunos casos es necesario hacer reposición de vitaminas por medio de los suplementos. Como existe la posibilidad de transmisión de la enfermedad, es recomendado que toda la familia haga el mismo tratamiento¹.

Como la causa de la enfermedad por gusanos es básicamente por falta de higiene, es posible tomar algunas medidas simples para evitar la contaminación, como lavarse bien las manos antes de comer y siempre después del uso del baño; lavar bien frutas y verduras, preferentemente con el uso de agua filtrada o hervida (colocarlas de remojo en agua sanitaria y bicarbonato también puede ayudar); evitar alimentos crudos, ahumados o mal cocinados; proteger los alimentos de los insectos; mantener los animales domésticos vacunados y desparasitados y siempre recoger sus heces descartándolas en locales seguros y; no andar descalzo en locales que tengan acceso de animales¹.

 
Fuentes: 1- Parasitoses intestinais – Sociedade Brasileira de Pediatria. Último acesso em 28 de setembro de 2020. 2- Parasitoses intestinais: prevalência e aspectos epidemiológicos em moradores de rua – Revista Brasileira de Análises Clínicas. Último acesso em 28 de setembro de 2020. 3- Parasitoses intestinais – Sociedade Brasileira de Medicina de Família e Comunidade. Último acesso em 28 de setembro de 2020.

Este material es sólo para fines informativos. No debe ser utilizado para realizar el autodiagnóstico o la automedicación. En caso de duda, siempre consulte a su médico.
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